El 3 era el número perfecto para los griegos, 30 es la edad madura (se suponía en una época) y 30000 un número que asusta. Por el que creyó, militó, se equivocó, puso bombas, mató; por los daños colaterales, los "... útiles" de siempre; culpables e inocentes que danzaron juntos una macabra danza, hasta el fin de los días y en todo el mundo: NUNCA MAS. NUNCA MAS A LA MUERTE Y LA TORTURA.
Alguien con más talento hizo algo mejor. Broken Crown, o la confesión de un condenado que sabe que le espera.
Golpeenme en la boca y cuelguenme de la lengua. / Nunca debí haber sido un elegido./ Debería estar en casa, seguro. Y escondido.
Bueno, no pueden tentarme si no veré el dia,/ pueden tironerar de mi carne con demasiada dureza./ Sofocar mi respiracion y el aire en mis pulmones/ pero mejor no aliento antes que respirar una mentira.
Abrirán mi cuerpo y no respiraré una mentira./ No hablaré de sus pecados./ ¿Hubo una salida? / La realidad muestra que no,/ los valores están todos rotos.
Oh, pero mi corazón estaba viciado,/ yo sabia de mi debilidad,/ así que sostén mi mano / no me entregues a la oscuridad.. Así tenga que arrastrarme sobre mi vientre hasta la Salida del sol, nunca usaré su corona rota.
Tomé esta senda y me ultrajaron todo el camino,/ ahora, en este crepúsculo,/ ¿como se atreve a hablarme de gracia?/ Pero en este crepúsculo, nuestras elecciones sellan nuestro destino.