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Venían de orígenes tan diversos, que parecía imposible que los ríos de la vida los acercaran en algún momento.
Dignidades y personajes de antaño venían en un torrente que emparentaban con Excelencias del presente, vida plena como un vergel a la vera de un surgente; despeñado alud de barro y piedras de lejanas montañas que todo arrasa, campo arrasado por varios bombardeos, se acercaba peligrosamente.
Diamante y grafito, casi iguales, tan solo un átomo diferente.
Una parte brillaba con fulgor cegador, duro y bello con fulgor irradiante; por el otro oscuro y frágil, dejando notas, siempre notas al margen.
No hubo aparato que captara el momento; que un hecho internacional, los acercaria sin grandes aspavientos, como dos placas tectónicas en mudo silencio, lentas y silenciosas flotando sobre los hechos, sin aviso de colisión ni acercamiento, se encontrarian un día en las notas al margen de los grandes hechos. Y sería anodino suceso que esas dos placas apenas diferentes se hallaran frente a frente y el magma del destino anudara al menos, con fuegos al rojo, sutilmente... temporariamente.