Llegaron cansadas, extenuadas, con el plumaje desordenado y esquivando por una pluma -a falta de pelo- una tormenta. Las vi llegar y guarnecerse del cielo que se caia deshecho en liquido junto con un viento infernal, mas algun rayo aunque sin centellas, en el caño de papel aluminio del extractor de la cocina, y al dia siguiente, empezar a acomodar sus cosas: ramitas, hojas, mas ramitas.
Por la tarde lo olvide y al encender el extractor volaron los efectos personales y desde ese momento me hice solemne juramento que no lo usaria mas; mientras en identico lapso se multipolicaban los muebles y adornos de una morada. Al septimo dia, Dios habra descansado, pero mi ex quiso comer un churrasco y se quedo de piedra con mi respuesta:
- Imposible. No se puede usar el extractor porque han hecho nido una pareja de golondrinas- si las miradas mataran, yo, el Sr. Golon y la Sra. Drina hubieramos caido muertos de inmediato. ¡Todo un verano sin usar el extractor! ¿A quien se le ocurre mas que a vos?
Durante los siguientes ocho años, ya fuera la pareja original o sus hijos, retornaron todos los años a su hogar, en el hemisferio sur al mismo lugar. Solo que al año siguiente, se les acondiciono un nido especialmente hecho para ellas, un caño falso que desembocaba en una amplia caja donde anidar comodamente y criar una familia. Ocho camadas de golondrinas han salido volando desde este, su lugar en el mundo, decididas a recorrer a puro musculo y ver con sus propios ojos lo que muchos, cientos, miles de seres humanos jamas veran.
Este verano, la ultima pareja crio lo que en principio parecian mellizos, pero bien visto, resultaron tres: trillizos. Tres pichones. Tres picos hambrientos que esperaban a sus padres que vinieran a reaprovisionarlos en vuelo, tres golondrinas que vieron la luz en Almagro, que por las noches pedian silencio si usaba la cocina, tres promesas nuevas en el aire.
Tuve el honor se ser testigo de su primer vuelo, de como tomaban valor y ase animaban a lanzarse a la aventura de agitar las alas y surcar el cielo, efectuar piruetas aereas que ningun avion lograra realizar, y hasta captar el momento. Lo que no sabian, los padres o ellos e incluso yo misma cuando partieron, es que no las vere regresar.
Ya no mas golondrinas que me despierten, no mas golondrinas durante el desayuno, no mas la mirada de Lizzie siguiendo sus planeos. Y hasta sin golondrinas me he quedado, fue lo que pense.
Segun una psicologa, es un don mio, de hacerle lugar fisico y en el corazon a cualquier ser vivo, algo mio e instransferible. Segun una amiga estoy equivocada porque esas golondrinas sí son mias, de la forma en que todas las cosas buenas que se nos cruzan. Libres, en sus destinos, llevando parte de mi mirada en sus vuelos. con la felicidad y el deslumbramiento que te dejaron conocer. un privilegio que no se desvanece.
Muchachos y muchachas, mi querido Trio Pio-Pio, miren bien por mi el mundo: maravillense de cada cosa que vean, miren, observen, sientan, maravillense con la brisa acariciando sus plumas, jugando con el aire y el viento, sean libres de investigar, descubrir y volver a maravillarse aun siendo adultos como cuando eran los tres pequeños pichones que saludaba cada mañana en la puerta de su nido. La vida es para asombrarse, vivirla, sentirla, gozarla, atesorarla y defenderla hasta que se nos cierren por ultima vez los ojos.
Tambien no viene mal, permitanme un consejo, ser un poco perpicaz sin por ello dejar de hacer todo lo anterior. Cumplanlo a conciencia. Ya me lo contaran algun dia, ya se donde van a abrevar las golondrinas cuando salen a volar todos los dias. Ya me lo contaran, Uds, mi trio Pio-Pio, mis ojos en el mundo.
En las fotos: El Trio Pio-Pio alistandose para su primer vuelo, y la familia en pleno en la puerta de 'su casa' poco antes de partir hacia el Norte. Reloaded: El Trio Pio-Pio en el aire en su vuelo de bautismo en un dia radiante.