sábado, 21 de enero de 2012

El ojo frio de la Luna (II)

Alguien disparo una camara fotografica para sacar una foto al paisaje iluminado por la luna: campos sembrados, alguna casa que parecia resplandecer con sus luces electricas entre los arboles, grupos de arboles, mas campo y sembrados, aprovechando que el tren barquineaba de lo lindo. De pie y asomada a la ventanilla el viento que levantaba aquella lombriz de metal plateado me azotaba la cara; con mi cabeza mitad afuera veia la oscilacion del vagon anterior, unos pocos grados y seguro menos que 2,5 pero junto con los saltos, se amplificaba. Si llega a 3 grados, vamos a terminar todos en el campo con un lindo descarrilamiento con la via asi mordida, porque a muchos sectores no les conviene que el tren sea un transporte masivo, rapido y economico. Alguien menciono algo de una locomotora rota y pasajeros que pasaron la noche en los railes. Dos coma 3, fue esta inclinacion, calcule. Y dale que parece un barco, se nota que jamas pisaste un barco, ni los botecitos del Rosedal. Otro flash de la camara que remedo un relampago...

- ¿Que vas a hacer?- era una pregunta como para sentar al patron asi fuera en un balde a hacerse cargo, los ojos castaños de mi viejo fijos en el horizonte donde la costa ni se adivinaba ni olia porque esta vez habiamos salido a esas distancias temerarias, lo que fuera hacia mi padre para abaratar costos para la alimentacion de los que estaban a su cargo en una institucion penal: una buena pezca salia casi gratis, era nutritiva y lograba mantener en equilibrio las cuentas con los centavos que giraba el Gobierno Nacional de los años de plomo,  asi siguiendo peces nos habiamos lanzado a esas distancias y para cantar bingo habia llegado la pleamar y estabamos aun mas lejos, al otro lado mio dos pares de ojos azules, padre e hijo que entendian de tormentas me miraron. La puerta del baño se abrio un instante para recomendar pegarse a la costa y una rafaga de viento que no tenia nada de suave o la urgencia, la cerro.Yo no era mi tio, pero de algun lado atavico intui que pegarme a la costa en partes donde el mar rompia directamente sobre el farallon no era lo mas seguro y sin mucha seguridad dije que iba en diagonal a La Boca, pueblo y boca del  Rio Negro.. Los ojos azules asintieron, mientras con todo gusto les ofreci el gobierno de esa lata de sardinas que habia salido con buen tiempo tan mar afuera y me recordaron que quien calculaba velocidades, distancias y tenia buen pulso, era yo; tacita invitacion a capear tormenta. Mi viejo me puso una mano en el hombro, no tenia nada de sajon y su relacion con el agua se limitaba a nadar, aunque si nos ateniamos a rango le tocaba a el hacerse cargo, sin embargo todos estaban ya acostumbrados a verme a mi  en la cabina, era una mera formalidad que el patron atracara y desatracara, pero una cosa era con buen tiempo y otra esta. Algun oficial levanto la voz como protestando y un marinero que preferia estar mas beodo aun -si fuera posible con la poca provision de alcohol que llevamos, ratifico que de todos, incluso el, la que tenia mejor ojo y calculo venia a ser... yo. Las olas que nos movian se habian hecho mas grandes: fondo chato y proa recta, ñata; lo peor para cortar olas y capear tormenta, condimentado con un monton de ventanas de vidrio para sus fines turisticos, una terraza para tomar sol y un motor hecho para rascar la espalda a las ondinas del rio, rememore. Senti dos golpecitos en el hombro uno de mi padre y otro de quien aviso de la tormenta y en ese momento un relampago, un puñal de electricidad centelleante corto el cielo, el aire en pedazos y fue el anunciador oficial que lo bueno de la tormenta iba a comenzar.

Senti un roce en el hombro y sin dejar de disfrutar del viento frio que levantaba el tren en su carrera ahora que habia dejado de mecerse, me trajo al presente: la familia que decia que parecia un viaje en barco querian saber si les podia tomar una foto...


19 comentarios:

La Dame Masquée dijo...

Hermosa trenza entretejida de trenes y barcos. Me ha gustado mucho esa expresión tan gráfica de "rascar la espalda a las ondinas del río", capaz de proyectar con nitidez la imagen ante nuestros ojos.

Feliz fin de semana

Bisous

Isabel Barceló Chico dijo...

Me ha gustado mucho, como a la dame masquée, ese paralelismo entre el tren y el barco, máxime cuando el primero parece ser más seguro sobre su camino de hierro trazado, en tanto el barco ha de abrir, a medida que avanza, su propio camino (como los seres humanos). Así que para las dificultades, para capear el temporal en mar abierto, el capitán cede la responsabilidad a una marinera... Pero él siempre seguirá siendo el capitán. Como la vida misma.
Preciosa entrada, alyx, te superas. Besos, querida amiga.

Leodegundia dijo...

Bonito relato que entreteje realidad del momento y recuerdos. :-) Al final supongo que les tomarías la foto.

Buen día

Recomenzar dijo...

Pensante como siempre
diferente como nunca
Vi tu comentario con gran sentido del humor en un blog amigo
Me hiciste sonreir
Y eso es suficiente
Saludos a mi tierra

Alejandra Sotelo Faderland dijo...

Madame, si estan mezcladas dos cosas distintas, el 'hoy' de diciembre que no lo subi en su momento por ser epoca de fiestas; y el ayer.
por lo menos sabemos que de esa tormenta me salve.

Alejandra Sotelo Faderland dijo...

Isabel, en un catamaran, ni siquiera es capitan, sino por aqui simplemente 'patron' de embarcacion. Yo tenia unos 17 años mas o menos, pero de entrada me habian notado mano firme y buen ojo. Lastima que ese dia se habia comido todo y se agarro una dscompostura padre. Aunque lo mejor esta por venir y te aseguro que ese dia seria recordado por los pobladores de La Boca...

Alejandra Sotelo Faderland dijo...

Leo, has acertado en tu opinion, si les tome una fotos, dos o no se cuantas a esa familia.

Alejandra Sotelo Faderland dijo...

Recomenzar, si estamos recomenzando un nuevo año!

Sor.Cecilia Codina Masachs dijo...

Mi querida Alejandra, eres genial ?lo sabías?
Estoy luchando para que salga este libro, y con Alma a mi lado, me siento a buen puerto.
Gracias por tu amistad
Con ternura
Sor.Cecilia

fgiucich dijo...

No hay placer más intenso que viajar en barco o en tren, dos asignaturas que hace tiempo tengo pendientes de rendir. Me encantó, amiga, este relato de mar y tierra. Abrazos.

MA dijo...

Amiga mía buen post nos regalas con esta historia por capítulos de mar y tierra , escrita con tu buena pluma escrita.

Besos de MA y mil gracias por tu huella bloguera en El blog de MA.

Besos de MA.

Alejandra Sotelo Faderland dijo...

Fer, con los pocos trenes que nos quedan, hay que tener paciencia y lomo aguantador porque a nadie le interesa que el servicio se reactive, el tranporte automotor se ha hechofuerte y presiona para que siga extinto. En barco quizas sea mas facil.

Alejandra Sotelo Faderland dijo...

Sor Cecilia, me alegro que Alma te ayude con tu libro, entre las dos, estoy segura que mas que buen pueto, haran un trabajo excepcional.

Alejandra Sotelo Faderland dijo...

MA, me encantaron tus fotos y tu poesia a la nieve, aunque por aqui no la tengamos ni siquiera en invierno y para mi que quieres que te diga. tanto mejor...

Susana Peiró dijo...

Digamos que la naturaleza le puso marco a tu bello relato, en estos precisos instantes, una tormenta eléctrica "corta el aire en pedazos". Y si bien estoy en tierra firme, mi imaginación está con Vos, navegando. Buen trabajo Alyx!

Un abrazo largo Querida Amiga!

Gizela dijo...

Sigo aquí!!
Encantada me dejo llevar por la velocidad de la lombriz de metal, para zambullirme de una en medio de la tormenta que está a punto de enseñar "lo bueno"
Muy bueno escritora!!
Esperaré a leer lo que esa tormenta de ayer, traerá de tu pluma mañana
Besos

Alejandra Sotelo Faderland dijo...

Susana, si lo mejor de la tormenta esta por descargarse, y si que se notara que es un barco o esa lata de sardinas flotante, te cuento que nuestra llegada nada triunfal se recordaria por años.

Alejandra Sotelo Faderland dijo...

Gizella, sigues aqui? Pues preparate a mojarte que se viene lo bueno! de la tormenta, claro...

Alejandra Sotelo Faderland dijo...

Gatiata Coqueta, es hora de recoger las bellas zarpas porque pueden mojarse a partir de ahora, agarrarse fuerte y nada de escribir por un rato, al menos hasta atracar.