Hay momentos en que no todos los dedos tienen tiempo para escribir, las ideas fluyen en tropel, y uno las sigue a las carreras, cansada y feliz de que sean tantas para darles vida.
Por el contrario, junto con el otoño, el frio, y el otoño que se han instalado por aquí, parecieran que las palabras tambióen hubieran buscado refugio en alguna recondita cavidad del cerebro, huido a manos de alguien mas exitoso o todas juntas se han ido dejando en su lugar un pesado silencio. Pesado suena a pesar, pena, pero la verdad es que hasta esta palabra ha escapado, dejando nada.
En algún lugar habita la esperanza de su regreso...